Flores para regalar
Las flores han sido y son un símbolo de belleza que nos han acompañado a lo largo de toda nuestra vida para decorar y asimismo para obsequiar. Y aparte de saber qué diferentes significados se ocultan detrás de ellas, un día me brotó la incógnita del motivo de por qué razón lo hacemos. Por eso aparecen las flores regalos, con las que obsequiamos a los seres queridos en todo tipo de ocasiones.
¿Por qué se regalan flores?
Parece que ya en la Prehistoria, aunque no está explícitamente probado de qué forma se entregaban sí sabemos que estaban muy presentes en liturgias y ritos, en tanto que tras encontrar diferentes fósiles se ha descubierto de qué manera se hallaban al lado de los cuerpos.
Pero tarde, en la antigüedad las flores empezaban a tomar el valor de demostración de gratitud y admiración, de ahí que se entregaban con el objetivo de presentar respetos en las liturgias. Y en la Edad Media se usaban las flores para esconder los malos olores en las celebraciones de las bodas a inicios de los meses de más calor. Asimismo se obsequiaban con propósito de decorar aquellos instantes y acontecimientos esenciales.
En la Cultura Islámica empezaron a darle un lenguaje concreto a la acción de obsequiar flores. Ya no se extendía solo el entregarlas, sino más bien el motivo se hacía tras cada una de las flores.
Romanticismo
El lenguaje de las flores se prosiguió propagando por más lugares, llegándose a estimar una muestra protocolaria y símbolo de respeto. Al descubrirse que las flores podían casi hablar, los amantes y parejas las usaban como código para probarse el amor que se sentían. Para aquellos más dichosos… porque para otros era una forma de probar como la tristeza o bien la muerte aparecían en las vidas.
En festividades
De esta forma fue como poquito a poco, el símbolo de las flores y obsequiarlas para expresar las emociones se fue extendiendo y convirtiéndose en un símbolo. Tras ello asimismo existen historias y leyendas que han hecho que, hoy, se puedan usar como protagonistas de datas señaladas culturalmente.
De esta manera sucede con Sant Jordi, festejada el veintitrés de Abril y en donde la rosa roja se extiende por las calles y los libros, que son el instrumento cultural más potente. O en San Valentín, como prueba de amor entre las parejas.
